lunes, 21 de mayo de 2007

Las izquierdas en un mundo diestro.

Antes que nada, gracias por tu comentario Marcelo, este artículo es un intento de respuesta a él.
Muchas personas que viven en países donde la izquierda sacó un triunfo tienen la opinión que su gobierno no practica la doctrina de izquierda como lo prometió.
Bueno, antes que nada aclaro que no soy ni seré alguien que esté a favor de la derecha, repudio mucho de los vicios y me enferma la mentalidad conservadora de esta ideología. Pero acepto la idea de que es necesaria la pluralidad en el pensamiento para tener un equilibrio de fuerzas, cuyo debate desarrolle mejores estrategias apegadas a esa realidad relativa en la que nos sumergimos.
Ahora, yo pienso que estos países que no han “cumplido” con el desarrollo de políticas que vayan de acuerdo a sus ideales, se debe principalmente, a que la economía global se sustenta en un mercado regido por leyes capitalistas. Pero considero que el manejo de la administración de estos gobiernos, tiene una visión más social y aclaro, social no socialista. Si se compara por ejemplo, las decisiones que el gobierno Uruguayo ha tenido con las políticas hechas por el gobierno Mexicano, uno se puede dar cuenta de las enormes diferencias entre estos dos regímenes.
Las reformas estructurales propuestas por Felipe Calderón, son totalmente entreguistas a una iniciativa privada que por su parte, no genera ni los empleos ni los salarios competitivos para echar a andar un desarrollo económico. Los empresarios mexicanos siguen siendo miopes ante el futuro energético, ecológico y humano del país.
En Uruguay, la telefonía aún es propiedad del estado y es uno de los mejores servicios de América, por encima de la telefonía de Telmex, cuyo servicio es malo, costoso y monopolizador. Gracias al gobierno de izquierda en Uruguay, se podrá mantener alejado a Carlos Slim de la telefonía, al menos por un tiempo, pues si la gente se desencanta de la izquierda por cuestiones puramente superficiales, sufrirán la magia de la neoliberalización de la comunicación.
A pesar de lo que muchos piensan, no soy radical. Los extremos terminan por tocarse, tarde o temprano el socialismo se vuelve una dictadura que no permite las libertades y el capitalismo un imperialismo que no permite el desarrollo de la libertad.
Para mi el capitalismo no parece ser tan malo, claro, si realmente se da la libre competencia en un régimen democrático sin corrupción y que ofrezca las mismas oportunidades a todos los ciudadanos. Claro que esa es una utopía, pero mal hacemos en pensarla inalcanzable y justificar nuestra laxitud a ello. Las transformaciones, según creo no se dan en las cimas de las sociedades, sino en las bases. Si cada uno de nosotros comenzamos por hacer mejor lo que nos corresponde en nuestro campo profesional y social, comenzaremos a remover a esos enormes peces estancados en el sistema que no permiten la fluidez del proceso. Ahora México sufre de una desaceleración económica y los gobernantes piensan que se debe a que los mexicanos no trabajan y prefieren ser mantenidos con políticas paternalistas, no creo que alguien en el país huya del trabajo, más bien se inconforma con los malos salarios y las jornadas esclavizantes que le roban la oportunidad de disfrutar de los frutos de su esfuerzo laboral. Con jornadas de más de 9 horas y un proceso de trasportación de 2 horas desde su casa a su trabajo y viceversa. ¿Qué tiempo le queda al trabajador para convivir con su familia, leer y acudir a eventos culturales? No creo que mucho. Ya para el domingo lo único que piensa el trabajador es en desconectarse mirando el futbol asociación. Pero eso sí, el gobierno los culpa de que sus hijos sean unos delincuentes porque no pasan el tiempo suficiente con ellos, los acusan de ignorantes por no leer. Y si deciden ir a la economía informal, se les dice que son unos holgazanes que no quieren trabajar, pero peor aún si eligen una actividad ilícita, pues ahora son la peor clase de personas en la sociedad y deben ser erradicados (bendita sea la derecha, en contra del aborto y a favor de la pena de muerte). Claro, si se les sugiere la legalización de las drogas dicen que esa no es una solución, lo mejor es prohibir ya que eso deja más ganancias.
Para concluir y regresar al tema del que gracias a mi conducta visceral abandoné; yo pienso que sí existe una enorme diferencia entre el conductor de un autobús de pasajeros que se preocupe más por los autos de afuera y de lo que los demás vean y uno que se preocupe por la gente que lleva dentro antes de que lo que puedan pensar los que están fuera. Para mí ese es el mejor comparativo, autobuses en una vía con reglas capitalistas.

No hay comentarios: