miércoles, 4 de julio de 2007

Ahora sí, se les puso en chino.

Y es que el presunto propietario de los 205 millones de dólares Zhenli Ye Gon, que según la PGR provienen del narco tráfico, resulta que al defenderse de la acusación del la procuraduría, afirmó que el dinero provenía de la campaña del PAN para la presidencia y acusa al ahora secretario del trabajo de ser quien se los había proporcionado e incluso bajo amenaza de muerte. Ahora su abogado en México sale a decir que siempre no, que su cliente hablaba de inversión y que posiblemente todo era un error debido al poco español que su cliente maneja, (por esa cantidad de dinero, ¡hasta yo aprendo chino!)



Mi opinión es la siguiente, a riesgo de sonar un tanto defensor de los panistas, dudo mucho que Lozano Alarcón (flamante secretario del trabajo), tenga los suficientes... requerimientos necesarios para amenazar de muerte a alguien. Digo, transa no dudo que sea, pero de eso a poder manejarse como todo un gangster priísta (miembro activo del PRI) de la altura de Murat, Ulises Ruiz, Gordillo, Madrazo y demás personalidades del partido revolucionario institucional, me resulta risible.



Ahora, que el dinero de alguna forma tenga que ver con corrupción y que el gobierno federal tuviese conocimiento de ello, es totalmente creíble, tanto así que decidió decomisarlo. Lo interesante viene cuando el abogado de Zhenli demuestre el origen de esa lana. Porque ahí el ganon, (si ese dinero no le pertenece) va a hacer el chinito.
Quizá realmente esos 200 millones de nada despreciables dolarucos sí proceden de recursos que el PAN tenía y por lo tanto significaban una bomba de tiempo para el hoy democrático presidente mexicano. Y para no involucrar más manos, decidieron lavar la ropa sucia sin meter a la experimentada bancada priísta, (cosa que les hubiese servido, porque un priísta se clava la lana (dinero) y desaparecido el cuerpo del delito, pos ora sí que se acabó el problema)
Pero la cosa está en que es mucho, mucho varo y decidieron hacerle la lucha para quedarse con él, aunque como está la cosa no se sabe a dónde va ir a parar, en una de esas los ganones terminan siendo como siempre los gringos (estadounidenses).

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