miércoles, 13 de junio de 2007

¿En verdad tan mal estamos?

Es verdad que hace mucho que la situación económica de México no está del todo bien, y menciono en especial la económica porque les apuesto que si todos tuviéramos varo para gastar, no nos importaría que nuestros políticos fuesen unos incompetentes e ignorantes, incluso la situación social no fuera tan relevante si hubiese montones de gente suicidándose desde la latinoamericana porque su vida es aburrida y no tiene sentido pues está resuelta por completo en lo económico.
Pero lo que realmente preocupa, es la desesperada situación en que vivimos, la que ha llevado al pueblo a creer en algo tan superfluo y guajiro como lo es la Selección Mexicana de Futbol Asociación (SMFA) Es cruel por muchas cosas, pues gente que gana menos de 10 dólares por jornada laboral, arroja toda su esperanza a tipos que tienen salarios rimbombantes e insultantes en un país de tercer mundo. Tipos cuya profesión es arrojarse tras del balón y dejarse caer para engañar al árbitro, jugar sucio, burlarse del oponente y festejar odiosamente cada gol.
No sé si estos tipos estén conscientes de que ellos son lo que anima al pueblo a seguir, que muchos de los mal pagados trabajadores del país, darían lo que fuera para poder tener el honor de representar a su país, aunque sea por un minuto en la cancha.
Cuando pierden, ellos sólo se enojan por ellos mismos, nunca por los que miran, de ser así dejarían el último mililitro de sudor en la cancha, cayendo con la cara al sol.
La cosa es que al afamada SMFA sólo existe por la ilusión, misma que cuando parece morir por completo, los artífices del marketing rescatan, ahora con los niños, luego con los viejos y finalmente llegando a los jóvenes. Mientras otros deportes quedan en la sombra, deportes cuyas características dan otras actitud a los que los practican, deportes que enseñan a arriesgarse para ser alguien, que ponen a prueba la fortaleza física y mental. Alguna vez entrevistaron a Carlos Carsolio (alpinista mexicano), quien comentaba que la falta de práctica de deportes extremos en México se debe principalmente a la poca auto estima del mexicano. No hace falta salir y arrojarse del distribuidor vial, con tomar la bici y andar entre los autos y microbuses 5 km diariamente, son suficientes para sentir como la adrenalina inunda el torrente sanguíneo, lidiar con cada simio con auto nos enseña a ser mejores personas la siguiente vez que estamos tras el volante, no sólo eso, sino que también sentimos empatía por el es fuerzo físico y respetamos más el trabajo de los demás. Pero que flojera, que hueva andar en bici o caminando, para qué si aquí viene el microbús, o mejor aún el auto, hay que seguir jodiendo el clima que igual mañana la SMFA gana el gran partido contra alguna isla del caribe agobiada por la malaria. Ese es mi lindo país.

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